Simone Weil

LA GRAVEDAD Y LA GRACIA 

Algo más fuerte que yo 
hizo que me arrodillase,
y era Dios...
Que en un abrazo perenne 
me hablaba en el corazón...
Y descubrí en mis rodillas,
infinitas,
las dos alas del amor.

Jesús María Bustelo Acevedo 

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