LA GRAVEDAD Y LA GRACIA Algo más fuerte que yo hizo que me arrodillase, y era Dios... Que en un abrazo perenne me hablaba en el corazón... Y descubrí en mis rodillas, infinitas, las dos alas del amor. Jesús María Bustelo Acevedo
ENTRE EL VIVIR Y EL MORIR Entre el vivir y el morir hay dolores con tomate, y no es justo que se mate quien sólo sabe vivir, y sufrir es inevitable por- que la vida es dolor y este mundo jamás se ve en lo profundo del amor... Sólo visto por la mirada de Cristo. Jesús María Bustelo Acevedo
HAPPYCRACIAS A LA VIDA... Al amargado le amarga la happycracia risueña, redobla su amarga carga y hace su sombra más larga y a la risa más pequeña... Empieza a comerse el coco... Bebe mucho, folla poco... No duerme, le quita el sueño su áspero y rígido ceño... Diarreas, mucho pis... ¡Y el colorido le aflige porque elige ser un vulgar hombre gris! Jesús María Bustelo Acevedo
¡AMAD Y MULTIPLICAOS! Vale la pena ser 2, y más vale la alegría, que mi vida sólo mía es aislarla en un iglú; comparte el currucucú que al corazón amanece, y que al compartirlo crece, se multiplica y expande, y cuando la noche mande en las estrellas florece. ¡Y fue por eso que Dios quiso compartirse en 2! Jesús María Bustelo Acevedo
LA CHUSMA DE NIETZSCHE La chusma idolatra a Nietzsche saliendo de la caverna, en la que otra vez se interna por culpa de su fetiche; no hay quien los desencapriche y que los saque del horno donde se tragan el porno que en el muro se refleja, y el que la caverna deja... ¡vuelve en eterno retorno! ¡Ni su risa ni su queja los libera y los aleja! Jesús María Bustelo Acevedo
ÉXODO Estrecho de Gibraltar... ¡Cuántas páginas de Historia vienen hasta mi memoria que quisiera recordar! ¡Aquí vemos navegar, con el corazón deshecho, los que quedaron sin techo, sin patria, sin alegría, sin su inmensa Andalucía en un tramo tan estrecho! ¡Qué pequeño es este corte tras el que buscan su Norte! Jesús María Bustelo Acevedo
LA VOLUNTAD DE PEDER Qué voluntad de peder tuvo Nietzsche el estreñido porque el mamón de Cupido no lo supo complacer, y hombre débil sin mujer, mal ateo o buen cristiano, por ser demasiado humano, más se turba y se constriñe y ya no expele ni jiñe lo que le sale del ano. ¡Y es este mal que le asedia origen de su tragedia! Jesús María Bustelo Acevedo